El impacto medioambiental de Google

Backup” del artículo original “El impacto medioambiental de Google” publicado por Roberta Bosco y Stefano Caldana el 6 de octubre de 2015 en Aquae Blog.

Sin tomar en consideración la actividad de las industrias, está comprobado que el tráfico aéreo genera menos contaminación que los tradicionales medios de transporte, pero ¿puede ser superado por las emisiones generadas por la actividad de los usuarios de la red? La asombrosa respuesta es sí. Lo demuestra la artista catalana Joana Moll (Barcelona, 1982) con su CO2GLE, un proyecto artístico que revela un dato sorprendente: navegar en la red contamina más que volar con un avión. De hecho, sólo la lectura de este artículo supone una emisión en la atmósfera de aproximadamente 0.17 gramos de dióxido de carbono (CO2).

Toda actividad humana implica un coste para el medioambiente, que se puede plasmar en porcentajes de emisiones de gases contaminantes en la atmósfera y entre todos ellos, el dióxido de carbono es uno de los más nefastos para el clima mundial y uno de los principales responsables del efecto invernadero. Todavía no se ha llegado a entender exactamente la repercusión de la actividad de los internautas para el medioambiente, aunque según estudios recientes Internet es responsable del 2 % de las emisiones globales de CO2. En promedio la producción de 1 Kwh. de energía emite 544 gr. de CO2 y son necesarios 13 Kwh. para transmitir 1GB de información, lo que equivale a 7,07 Kg. de CO2.

Evidentemente todos estos datos son aproximativos y afortunadamente este espacio de la Fundación Aquae sigue manteniéndose en unos márgenes de contaminación aceptables si los comparamos con el efecto diario generado por las emisiones de sitios muy populares como Facebook, YouTube o Google. Este último es el sitio más visitado de Internet con un promedio aproximado de 47.000 solicitudes cada segundo. Considerando que su web pesa cerca de 2 MB, se puede afirmar que a raíz de su uso la atmósfera recibe una cantidad que se acerca a los 500 Kg. de CO2 por segundo.

Todo esto se desprende de CO2GLE, un nuevo proyecto para Internet de la artista, docente e investigadora Joana Moll, que se expondrá a partir de mañana en The Promise Of The Internet, una exposición organizada por Connect The Dots. La obra de Joana Moll, que se proyectará en distintos espacios del vanguardista centro de arte de Sheffield (Reino Unido), es una despiadada y cruda página web que, gracias al empleo de un algoritmo, evoluciona inexorablemente relatando a través de los números la irremediable realidad sobre la cantidad de dióxido de carbono que Google lanza en la atmósfera. “CO2GLE se sitúa en una zona ambigua entre arte e investigación. Es una performance virtual simbólica, que intenta crear un espacio para la reflexión y el pensamiento crítico en relación a las consecuencias materiales de la híper-aceleración del infospace”, explica Moll, una creadora transdisciplinaria que trabaja en la investigación creativa sobre el uso de las nuevas tecnologías y su repercusión en la sociedad contemporánea.

La artista nos explicó como la idea de CO2GLE surgió después de varios años investigando los métodos de videovigilancia civil en la frontera entre Estados Unidos y México para Arizona: move and get shot, su anterior trabajo. “Me dediqué a estudiar cómo ciudadanos civiles controlan la frontera desde sus casas a través de cámaras web y plataformas online, que les permiten denunciar a las autoridades la entrada de inmigración ilegal en territorio estadounidense. Durante esa exploración me preocupó mucho la desconexión entre la acción y la consecuencia al operar por el medio digital, sobretodo la dilución de las responsabilidades de la acción y sus implicaciones éticas, políticas, económicas y medioambientales”, indica Moll relatando como a través de esa inquietud, a finales de 2013 empezó a preguntarse acerca del impacto material del uso de Internet.

“En realidad no tenía muy claro por dónde empezar y comencé a investigar la cantidad de kilovatio-hora (Kwh.) que se necesita para cargar la información en la red. Obviamente este proceso se traduce en emisiones de dióxido de carbono (CO2), y me pregunté cómo es posible que una conexión tan obvia estuviera tan desdibujada en la imaginación social. Calcular las emisiones exactas generadas por las comunicaciones en la red es extremadamente difícil debido a la gran cantidad de actores participantes en el proceso, entonces CO2GLE nació con la idea de hacer visible la materialidad de lo virtual y resaltar esa conexión”, concluye Moll que actualmente está desarrollando un plugin para navegadores, que permitirá calcular en tiempo real las emisiones aproximadas que un usuario genera al navegar por la red.

Sin embargo su investigación no concluye allí y sin ahondar mucho en la repercusión ecológica generada por las principales industrias, la artista ha querido compartir con nosotros también unas estadísticas sobre la contaminación de los pequeños objetos domésticos y las acciones cotidianas, que a pesar de llevar tiempo circulando por la red parecen no haber generado mucha sorpresa en la opinión pública. Sin embargo hay datos asombrosos, por ejemplo planchar una camiseta produce una emisión de 25 gr. y un minuto de llamada por el móvil puede alcanzar los 57 gr. En cambio se calcula que un tweet genera aproximadamente 0.2 gr. de CO2, mucho menos que los 4 gr. que requiere enviar un email o los 12 gr. necesarios para mantener encendido un ordenador portátil durante una hora.

Todos los TAXIS de Ars Electronica Garden Barcelona

Barcelona se convierte en una de las principales sedes deslocalizadas del Ars Electronica Festival, la manifestación más importante del mundo dedicada a las interconexiones entre arte, tecnología y sociedad, que celebra su 41ª edición en Linz (Austria) y 120 ciudades alrededor del mundo, del 9 al 20 de septiembre. La participación de Barcelona se plasma en un programa de actividades que pone de manifiesto la diversidad, la riqueza y el dinamismo de la escena creativa barcelonesa y catalana, surgida en la confluencia entre arte y tecnología.

A la programación se suma un conjunto de Taxis, tal y como su nombre indica los Taxis son cápsulas audiovisuales, disponibles en de la web de Ars Electronica y del YouTube del Institut Ramon Llull, que llevarán el público de visita virtual por los estudios de algunos de los artistas más relevantes de la escena electrónica y digital de Barcelona. Las entrevistas han sido realizadas por Antonia Folguera.

 

TODOS LOS TAXIS

 

  • Teaser Ars Electronica Garden Barcelona 2020
  • Introducción al Ars Electronica Garden Barcelona por Pau Alsina
  • Entrevistas con Lluís Nacenta, Andreu Rodríguez, Jose Ramón Calvo y Pau Alsina
  • El Ars Electronica Garden Barcelona Show por Roberta Bosco, Vicente Matallana, Mónica, Rikić, Albert Barqué-Duran & Marc Marzenit, Roc Parés y Santi Vilanova (Playmodes).

 

 

TODOS LOS ARTISTAS

 

  • Antoni Muntadas
  • Antoni Abad
  • Josep Manuel Berenguer
  • Marcel·lí Antúnez
  • Eugènia Balcells
  • Joan Fontcuberta
  • Mario Santamaría
  • Alba G. Corral
  • Playmodes (Eloi Maduell + Santi Vilanova)
  • 300.000 Kms (Mar Santamaria + Pablo Martínez)

 

The Wrong: faraónica, salvaje y sobre todo digital

Backup” del artículo original “The Wrong: faraónica, salvaje y sobre todo digital” publicado por Roberta Bosco y Stefano Caldana el 7 de Enero de 2014 en Absolut Network.

Excesiva como toda bienal que se respete, con una presencia apabullante de creadores y comisarios, The Wrong – New Digital Art Biennial se lanzó en noviembre como el gran evento vertebrador de la escena del arte en Internet y a lo largo de estos meses se ha convertido en un proyecto imparable, faraónico y salvaje al mismo tiempo. Treinta pabellones en Internet, catorce embajadas en el mundo real, más de 500 artistas y un pabellón abierto a las contribuciones espontáneas, para el cual hasta el 31 de enero todo creador puede aspirar a ser seleccionado. Son los asombrosos números de The Wrong, un proyecto que desdibuja los confines entre comisarios y creadores, ya que casi todos los artistas actúan también como comisarios. Seguir leyendo