EL AÑO HEROICO DEL NET.ART
1997, el año heroico del net.art Internet tiene el poder de situar al usuario en una situación pública y privada a la vez. Delante de su ordenador, el internauta se encuentra en un espacio íntimo y solitario y, al mismo tiempo, tiene la posibilidad de comunicar e interactuar en tiempo real con personas y entornos diseminados por todo el planeta. La garantía de anonimato que este medio proporciona, le convierte en un territorio favorable para una serie de comportamientos, que no tendrían lugar en otras situaciones. La facilidad de ‘confesarse’ con una máquina de por medio, es aprovechada por varios proyectos, que siguen las huellas de I Confess, puesto en línea a finales del año anterior por el Group Z.
Entre estos trabajos destaca, Persistent Data Confidante de Paul Vanouse que, por su sencillez e interactividad real, representa un ejemplo de net.art puro. Vanouse propone una transacción de secretos: el usuario debe dejar uno para poder leer otro, al que también podrá puntuar. De esta forma los secretos con menos puntuación, es decir los menos interesantes, son eliminados de la lista y el visitante, influyendo sobre el contenido de la web, se convierte en co-curator.
Por otro lado, en su proyecto The Temple of Confessions (enlace perdido, sólo en Archive.org) el artista mexicano afincado en Estados Unidos, Guillermo Gómez-Peña, utiliza las tecno-confesiones de miles de usuarios para descubrir los tópicos y perjuicios existentes acerca de las minorías étnicas. Las indicaciones de los internautas, sirven al artista también para crear unos etnocyborgs, a los que da vida durante performances, como la que realizó en Barcelona, en el marco del festival Sonar (Mexterminator en Sonar 1999). [Ver también Especial 2005: net.MEX].
La narrativa hipertextual no lineal se expresa en numerosos proyectos, que demuestran la madurez alcanzada por la experimentación en este campo, tanto en lo referente al dominio de la tecnología, como a los contenidos. El novelista Mark Amerika crea Grammatron, «un entorno narrativo de dominio público» muy amplio y articulado, que trata de ciberespacio, cábala, misticismo y sexo virtual en una sociedad futura, donde los relatos ya no están hechos para los libros. El visitante se encuentra así involucrado en una narración laberíntica, donde tiene que tomar continuas decisiones, cuyas consecuencias suelen ser imprevistas e inesperadas.
En The simulator, Garnet Hertz pide al usuario que realice todos los pasos asociados al desarrollo de una día típico, eligiendo entre diversas posibilidades. Su objetivo es cuestionar, en clave de humor, la interactividad ficticia de muchos proyectos y la capacidad de las nuevas tecnologías para ofrecer una eficaz simulación de la realidad. También Claude Closky en Do you want love or lust? pone al visitante una y otra vez en la situación de tener que decidir entre dos opciones, utilizando una estética neo pop y un ritmo apremiante para ironizar sobre las encuestas de las revistas.
A diferencia de la sencillez formal de proyectos como el de Closky, otros como Line de Melinda Rackham consiguen convertir la web en un mundo articulado y lleno de matices. Siguiendo la línea que da título a la pieza, el visitante puede navegar a través de la relación de dos personas situadas físicamente en Tokio y Sidney y, mediante fotos, e-mails y links ocultos, penetrar en su universo mental y reconstruir los fragmentos de su entorno físico.
Con el objetivo de reflexionar sobre los límites de la creación en Internet, los británicos Gordon Selley, Jane Prophet y Mark Hurry, crean Technosphere (enlace perdido, sólo en Archive.org), el primer entorno de vida artificial en la red y todavía uno de los más espectaculares a nivel gráfico. En él, el usuario puede dar vida a su propia criatura, eligiendo sus características físicas y sus costumbres, y luego, gracias a la password, seguir su desarrollo en el mundo virtual cada vez que se conecta.
Otro grupo de artistas británicos, reunido bajo el nombre de I/O/D, toma partido en la guerra de los navegadores, desatada entre aplicaciones prácticamente idénticas, creando The Web Stalker, un browser alternativo, concebido como una crítica a la navegación mediante la selección de hiperlinks. En vez de presentar separadamente las páginas, el Web Stalker mapea el área de la web, reorganizando sus enlaces, eliminando los elementos innecesarios y ahorrando muchos pasos al usuario. El proyecto resulta especialmente notable tanto por su forma de reflexionar sobre la red, rechazando los parámetros existentes, como por su capacidad de invención y su dominio del medio.
La sobreabundancia y la rápida obsolescencia de la información electrónica, inspira unos proyectos basados en el concepto de reciclaje, como The Multi-Cultural Recycler (enlace perdido, sólo en Archive.org) de Amy Alexander. El proyecto, que emplea las numerosas webcams conectadas a Internet las 24 horas del día, ofrece al visitante la posibilidad de realizar su «propio abono cultural» mezclando las diversas imágenes captadas por las cámaras.
[Actualizado el 16/02/2016: The Multi-Cultural Recycler dejó de funcionar en 2015 por una inundación en el estudio de la artista y sólo queda la memoria en Archive.org y la documentación sobre del proyecto en la web de Amy Alexander].
En la vertiente del activismo on line, aparece ®TMark un colectivo abierto, cuya página propone una larga lista de acciones de sabotaje creativo en contra de las multinacionales, los políticos y los nuevos mitos de la era digital. Entre sus intervenciones, que se caracterizan por su contenido subversivo y por carecer de un objetivo comercial, destacan los mirrors que parodian las páginas oficiales de políticos y corporaciones.
Otros artistas aprovechan los posibles errores e imprevistos del lenguaje hiperextual, para construir proyectos de gran impacto gráfico, en los que el usuario está casi obligado a luchar en contra de una página cuyas funciones no acaba de entender. En esta línea la pareja belga-holandés Jodi encabeza una tendencia (que más adelante se definirá hacker art), basada en imágenes de baja resolución, páginas que se cargan rápidamente, falsa interactividad y empleo atípico de las herramientas, desde el lenguaje HTML o ASCII hasta los virus que utilizan «para realizar divertidos efectos especiales». Su estrategia de desorientación del usuario alcanza su cumbre en el proyecto denominado 404, porque la primera página que aparece es la del célebre error «404 URL not found»
La creatividad de los artistas de los países que pertenecieron al pacto de Varsovia, confirma el net.art como una importante expresión artística desde la II Guerra Mundial que trasciende las fronteras y las diferencias culturales entre Europa Occidental y Oriental. Por un lado, Internet permite eludir las habituales clasificaciones étnicas y los clichés nacionales y por el otro, supone la posibilidad de utilizar canales de producción y distribución distintos a los tradicionales. Tras Intima del esloveno Igor Stromajer, también los rusos Alexei Shulgin y Olia Lialina, ponen en línea sus respectivas homepage, Easylife y Teleportacia, que se configuran como laboratorio artístico, obra de arte y espacio de reflexión y debate teórico.
Shulgin presenta ABC, considerado por los críticos uno de los proyectos más emblemáticos de la búsqueda de nuevas formas de expresión en la red. Sin embargo, quizás para el usuario sea más gratificante Desktop IS, una obra de net.art, una exposición y una colección, a la vez. El proyecto reune 80 imágenes de desktops enviadas a Shulgin por amigos y otros net artistas, que demuestran tanto las diferencias individuales, como el potencial creativo de la tecnología.
Tras explorar los mecanismos de los motores de búsqueda en una net comedia en tres actos y un epílogo, Anna Karenin goes to paradise, Lialina vuelve a la narración hipetextual más clásica con Heaven & Hell (enlace perdido, sólo en Archive.org) un entretenido proyecto, realizado en colaboración con Michaël Samyn, donde unos colores de estética neo pop sustituyen al blanco y negro de sus obras anteriores. El esloveno Vuk Cosic comienza su Historia Oficial del Net.art con History of Art for Airports, donde ironiza sobre la representación del arte en red, a través de una serie de ideogramas parecidos a los que se encuentran en los aeropuertos, que representan momentos y creadores clave de la historia del arte, desde Lascaux a Warhol, incluyendo también destacados net artistas, como Heath Bunting.