“Backup” del artículo original “Teclados sin teclas para sonidos digitales” publicado por Roberta Bosco y Stefano Caldana el 7 de Octubre de 2013 en Absolut Network.
Mensajería instantánea, mapas interactivos, fotografías, compras y audiovisuales, todo pasa ya por los soportes móviles y la música no es una excepción, aunque no siempre aprovechamos todas las potencialidades de estos dispositivos como instrumentos musicales. Las aplicaciones para tabletas desdibujan el perfil tradicional de los teclados y nos introducen en un panorama vanguardista, donde la creación sonora se difumina en entornos visuales dotados de recursos imprevisibles. Por ello en este artículo recorreremos la creatividad de esta escena, a través de una selección de las aplicaciones más populares y las propuestas que nos parecen más interesantes para entretenerse gratuitamente o por pocos euros, sin necesitar ninguna formación musical previa.
Como no podía ser de otra manera, hay que empezar con Scott Sona Snibbe, pionero del arte vinculado a las nuevas tecnologías, que desde hace años centra su trabajo en el vasto mundo de las aplicaciones informáticas para dispositivos móviles.
No son nuevos, pero ¿cómo olvidar los visuales de aplicaciones tan pioneras como Gravilux y Antograph de 1998? Sin embargo, pasaron varios años antes de que Snibbe se diera a conocer de forma masiva en 2011 con Biophilia, el primer App Album de la historia, que cuenta con una aplicación interactiva para experimentar visualmente con la música del homónimo disco de la cantante islandesa Björk.
Su hazaña más reciente, en el formato App Album, es REWORK_, una conmemoración del célebre álbum Rework: Philip Glass Remixed de Philip Glass.
Descargable desde el App Store por 8.99 dólares, la aplicación, que cuenta con la colaboración del músico Beck y el propio Philip Glass, es una pieza imprescindible para los amantes del visionario compositor estadounidense. REWORK_, que amplifica las posibilidades sonoras del mítico álbum de Glass, permite experimentar con las pistas originales realizando remezclas de forma interactiva y creando composiciones al “estilo Glass”, gracias a la Glass Machine, un artefacto sonoro de su creación.
Las potencialidades creativas de los dispositivos móviles han despertado también el interés de los sectores más vanguardistas de la escena artística digital, incluido el jurado de los Premios otorgados por el Centro Ars Electronica de Linz en Austria, que ha reconocido con un Award of distinction en la categoría de Música digital y Arte sonoro, Borderlands, un instrumento para iPad del compositor y programador estadounidense Christopher Carlson.
Borderlands permite explorar y trasformar el sonido a través de una interfaz interactiva, basadas en técnicas de síntesis granular (granular synthesis), un proceso de creación musical, que va generando progresivamente sonoridades más complejas a partir de la superposición de pequeños fragmentos audio o ‘granos’.
Para quien necesite una guía práctica, Carlson ha realizado también un vídeo, explicando cómo funciona la obra, que el pasado verano se pudo experimentar en el Festival Sónar de Barcelona y ahora está disponible en el App Store por el módico precio de 3.99 dólares.
La aplicación, que funciona de manera táctil, se controla a través de cursores virtuales y elementos que se desplazan en la pantalla para generar sonidos y composiciones, que luego pueden colgarse en Internet, a través de la plataforma SoundCloud.
El compositor Paul D. Miller, internacionalmente conocido como DJ Spooky, es otro clásico de la experimentación sonora vinculada a las nuevas tecnologías. Innovador creador e investigador de las aplicaciones musicales interactivas, DJ Spooky ha convertido su página web en un hervidero de iniciativas. En este periodo está compartiendo gratuitamente su álbum más reciente Of Water and Ice, una producción surgida durante una residencia del artista en el Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York y también su peculiar mesa de mezclas para dispositivos iPod, iPhone e iPad, que se puede descargar gratuitamente desde el App Store.
Gratuita es también Pure Flow de la británica Katy Connor, una aplicación para iPhone, iPod, iTouch y Android, creada en colaboración con Duncan Rowland, que se estrenó este año en el festival Transmediale de Berlín.
Pure Flow arranca de una reflexión sobre los invisibles flujos de la información, que se han convertido en una presencia silenciosa y constante, que satura nuestro entorno. La aplicación se encarga de materializar el ruido generado por los sistemas GPS, las redes 3G, wi-fi y toda señal invisible, a través de una interfaz que los convierte en una nube sonora a disposición de la interacción del usuario. De esa forma, Pure Flow convierte el sistema GPS en un instrumento musical y un sistema para explorar la materialidad de ruidos, que habitualmente el ser humano no puede oír.
Otra creación Samplr no es gratuita, pero es totalmente española. Esta aplicación para iPad permite componer música y manipular el sonido de una forma innovadora y creativa, generando sonoridades tan solo rozando la pantalla.
Su creador es Marcos Alonso, un programador, diseñador y músico, que en 2005 fue co-autor de Reactable, la revolucionaria mesa musical creada por el Grupo de Tecnología Musical (MGT) de la Universidad Pompeu Fabra y popularizada internacionalmente por la artista islandesa Björk.
“A diferencia de otras aplicaciones que intentan recrear instrumentos reales o aplicaciones pensadas para ordenadores tradicionales, Samplr ha sido diseñado para dispositivos Multi-Touch desde el principio”, asegura Alonso, que actualmente sigue formando parte del equipo de la empresa Reactable Systems.
Para concluir os dejamos con Isle of Tune, más que una obra de arte, un logrado art toy, un juguete artístico. Concebida para Internet, esta creación del genial Jim Hall ha cosechado tanto éxito que se ha convertido en una aplicación para iPad, descargable desde el App Store por tan solo 1.99 dólares.
La versión online sigue siendo gratuita, así que os invitamos a jugar y divertiros con este dispositivo, algo así como un carillón digital, una ciudad sonora o un secuenciador urbano, según se mire. Sin embargo, en lugar de disponer de los habituales elementos a percusión de un carillón tradicional, Isle of Tune se caracteriza por una interfaz sonora, muy parecida a una ciudad en la línea de Sim City. En ella circulan unos coches, controlados por los usuarios, cuyos movimientos generan sonidos en relación a la disposición de los elementos decorativos urbanos.